lunes, mayo 08, 2006

¿Qué querés ser cuando seas grande? (Pensando la Argentina)

¿Quién, alguna vez, no le hizo esa pregunta a algún chico? ¿Quién, en la intimidad de alguna hora de reflexión, no se la hizo a sí mismo? Seguramente son menos los que se animaron a enfrentar su respuesta de ese momento con la realidad que a cada uno la vida les llevó a vivir. Quizás, muchos de nosotros tenemos hijos, y el mañana de ellos nos desespera hoy: ¿Cómo será su vida? ¿Estarán bien preparados para enfrentar su destino? ¿Sabrán qué quieren ser, y qué deben hacer para cumplir su designio? ¿Los estaremos educando bien? ¿Su formación será la correcta? ¿He sabido descubrir sus virtudes?
Qué ironía. Nos preocupamos mucho por nuestros chicos, y sin embargo cargamos todo el peso de su futuro sobre ellos mismos, desentendiéndonos de nuestras responsabilidades para con ese futuro. Dicho en otras palabras: ¿Nos preguntamos qué país les estamos construyendo? ¿Somos conscientes que no hay formación, estudios, moral, ni instrumentos razonables para ellos, si el país que los enmarca no es capaz de sostener todo aquello que soñamos? ¿Que no hay esfuerzo posible si esta gran aspiradora de sueños que es hoy la Argentina no fija un rumbo y se encamina hacia él? A lo mejor, es una buena oportunidad –o una excelente excusa- de hacer foco en el entorno en el que nuestros hijos van a moverse, donde intentarán cumplir sus sueños –y los nuestros- que no es otro que nuestro país, donde esperamos que ellos crezcan, se formen, sueñen, transiten, comercien, amen, se apasionen, se recreen, en fin, vivan. Quizás es tiempo de hacernos las mismas preguntas que hemos planteado, pero pensando en el país. Preguntas básicas que aún no tienen respuesta: ¿Qué proyecto quiero para mi país? ¿Adónde quiero que esté dentro de cincuenta, cien, o doscientos años? ¿ Qué palabras quiero que lleguen a la mente de aquellos que oigan hablar de nosotros? ¿Qué principios consideraremos inamovibles para proteger y cuidar de nuestro pueblo? ¿Cuáles son las pautas sobre las que construiremos un proyecto educativo para los próximos decenios? ¿Qué sistemas de administración y control utilizaremos para explotar nuestros recursos? Y la lista sigue. Señores, es tiempo de Pensar la Argentina. Como patriotas, o al menos como padres.
Argentina es un país joven. Con una historia corta. Con muchos temas pendientes por resolver. Quizás sin las gravedades extremas que otros puntos del planeta hoy nos muestran. Quizás por eso el tema se viene postergando. Confiamos en el político de turno, volcamos en él toda nuestra confianza... y nuestra responsabilidad. Y así, los gobiernos gobiernan para ganar la próxima elección. No mucho más. Además, como si fuera poco, el mundo no nos espera. Las urgencias del día a día nos distraen del verdadero desafío:
Pensar la Argentina. Pero pensarla en serio. Por encima de mí. Más allá de mí. Superando la mediocridad del gobierno de turno y su próxima elección.
No es tarea imposible, sino necesaria. ¿Que no sabemos por dónde empezar? Sólo deberíamos retomar la senda que marcaron otros hombres, que comenzaron esta tarea. Hombres que pensaron el país, pero no tuvieron continuidad. Así, pienso en Belgrano, Alberdi, Sarmiento, Groussac, De la Torre. ¿Es discutible alguno de estos nombres? ¿Alguna de las ideas que este hombre defendió no son buenas? Pues de eso se trata. De cambiar ideas, discutirlas, adaptarlas, llegar a conclusiones, fijar puntos de encuentro, decidir líneas de acción. Establecer políticas acordes a ese proyecto de país que queremos ser. Y no siempre es necesario tener funciones ejecutivas para pensar y proponer. Quizás, hasta es bueno y saludable que aquellos que tomen para sí este proyecto estén alejados del trajín del día a día. Acá se trata de dictar pautas, establecer pilares donde sostener los senderos que tal vez transiten los presidentes, ministros, gobernadores e intendentes del próximo decenio en adelante. La obra es vasta. Bienvenidos los aprendices de filósofos, periodistas, educadores. Todos son necesarios.
¿Que así no se puede? ¿Que con esta derecha que sólo quiere ganar plata no se puede? ¿Que con esta izquierda que sólo quiere destruir no es posible construir nada? Vamos Señores, basta de excusas. Desde los tiempos feudales, las derechas sólo quieren ganar plata, y las izquierdas, sólo protestan buscando vivir del dinero que generan las derechas que dicen detestar. No somos originales en el tema. Nuestro desafío es construir con lo que tenemos, con lo que somos, nunca debemos perder de vista eso. Tenemos que partir de nuestras fuerzas y de nuestras debilidades, contemplar nuestras realidades en su debida proporción. Se trata de construir un país justamente para nosotros, no para otros. Para gente con nuestras ambiciones, nuestros defectos, nuestros egoísmos. Por eso no sirve copiar modelos. Las soluciones tienen que venir desde casa. Podemos mirar a otros países, pero sólo se nos permite sacar algunas ideas. Acá hay argentinos. Allá no. Y sólo con eso, todo cambia. Sólo nosotros sabemos cómo eso lo cambia todo. ¡Vaya si lo sabemos!